Sabemos qué es el SEO. Sabemos qué es el SEM. Ahora toca saber cuál es mejor. Veamos en qué se diferencian exactamente y cómo aprovecharlos para nuestro negocio. ¡A comparar!
Qué vas a aprender aquí
SEO y SEM: Breve repaso de conceptos
En anteriores artículos vimos en qué consisten tanto el SEO como el SEM y algunos conceptos básicos que rodean a cada uno de ellos y que vienen bien conocer para no andar perdidos cuando nos hablen de estas estrategias.
A modo de breve resumen, vamos a recordar muy brevemente qué son el SEO y el SEM.
Concepto de SEO
El SEO, también conocido como Search Engine Optimization, se podría definir como todas las técnicas, estrategias y optimizaciones que podemos hacer tanto dentro como fuera de nuestro sitio web para que se posicione mejor en Google (o cualquier otro buscador) y atraer tráfico orgánico de forma natural.
Concepto de SEM
El SEM, también conocido como Search Engine Marketing, engloba todas las estrategias que ayudan a aumentar la visibilidad de nuestro sitio web a través de la creación de campañas publicitarias de pago.
Diferencias entre SEO y SEM
Una vez que hemos recordado de forma breve en qué consisten cada uno, ahora vamos a ver las principales diferencias que hay entre el SEO y el SEM para que podáis elegir cuál de ellos os interesa aplicar más en cada momento.
Inversión económica
Esta es la primera gran diferencia que destaca entre el SEO y el SEM (y que más va a notar nuestro bolsillo).
El SEO no requiere de una inversión económica inicial para poder aplicarse, mientras que el SEM sí necesita de realizar inversiones económicas para costear los anuncios de pago, ya sea por cada click, por cada mil impresiones o por cada adquisición que se consiga.
Es por ello que al SEM también se le conoce como compra de tráfico, es decir, que estamos pagando para atraer visitantes a nuestro sitio web.
Aunque el SEO, a priori, no necesite de un pago económico, esto no significa que no nos vaya a costar dinero. Me explico.
Es posible que no vayamos a invertir dinero, pero sí que vamos a tener que invertir tiempo en aplicarlo. Y este tiempo puede suponer un coste de oportunidad que, al final, sí que nos cueste dinero.
Otra situación en la que el SEO nos puede costar dinero es si decidimos contratar a un profesional que se encargue de aplicarlo en nuestro lugar.

Tiempo en conseguir resultados
La segunda gran diferencia entre SEO y SEM que más destaca es la velocidad en la que se consiguen los resultados.
Las estrategias basadas en SEO suelen dar sus frutos a medio y largo plazo.
Por ejemplo, podemos escribir algunos artículos en nuestro blog y realizar distintas optimizaciones en nuestro sitio web y empezar a notar resultados entre 4 y 6 meses después (aunque esto no siempre es así).
Los resultados en el SEO dependerán de diversos factores como nivel de competencia de nuestro nicho de actividad, calidad de nuestros contenidos, el tiempo que tarda Google en indexarlos, etc…
Por otro lado, las campañas publicitarias del SEM generan resultados mucho más rápido a corto plazo. Esto se debe a que estamos pagando para que los usuarios nos vean a nosotros antes que a los demás.
Estabilidad de los resultados
Si bien acabamos de ver que el SEM da resultados mucho más rápidamente que el SEO, si nos fijamos en la estabilidad a lo largo del tiempo sucede todo lo contrario.
El SEM deja de dar resultados en cuanto cesamos de invertir dinero en los anuncios de pago, por lo que su estabilidad a corto plazo es escasa (salvo que sigamos invirtiendo dinero).
Sin embargo, el SEO es mucho más estable a largo plazo, ya que todo lo que trabajamos a corto plazo nos irá dando resultados a medio y largo plazo.
Si somos constantes en este trabajo, llegará un momento en que no necesitemos invertir tanto tiempo y esfuerzo para seguir obteniendo resultados óptimos para nuestro negocio, puesto que ya tendremos un buen posicionamiento natural.
Medición de resultados
Otra de las diferencias entre SEO y SEM es la forma en que podemos medir sus resultados.
Por un lado, el SEM puede medirse fácilmente a través de las propias métricas que nos facilitan las plataformas publicitarias con las que gestionamos nuestras campañas de anuncios.
Podremos ver a cuántas personas se han mostrado nuestros anuncios, cuántas veces han aparecido, quién ha hecho click en ellos, cuánto dinero nos está costando cada click de media…
Además, tendremos la posibilidad de ver toda esta información a tiempo real, lo que nos da la opción de parar la campaña en caso de que no veamos los resultados que esperábamos, o de reajustar la inversión económica inicial.
En cuanto al SEO, también tenemos distintas formas de analizar los resultados que vamos obteniendo. La más conocida (y recomendada) es con la herramienta de Google: Google Analytics.

A través de esta aplicación podemos ver y analizar distintas métricas sobre los usuarios que visitan nuestra web, como cuántas visitas vienen cada día, cuánto tiempo permanecen viendo nuestros contenidos, qué secciones miran…
El inconveniente aquí, como hemos visto antes, es que el SEO funciona a largo plazo, por lo que, aunque es posible, el análisis a tiempo real es algo más complicado.
Sin embargo, lo que se suele hacer en estos casos es medir a medio plazo. Podemos seleccionar el periodo de tiempo en el que hemos aplicado ciertas optimizaciones y estrategias, y ver los resultados que hemos ido obteniendo.
Lo normal es ver cómo esos resultados van aumentando con el tiempo, ya que los contenidos se irán posicionando cada vez mejor.
Segmentación de públicos
Esta diferencia es un punto fuerte que debemos tener en cuenta tanto para SEO como para SEM.
En nuestra estrategia de marketing digital debemos situar en el centro a nuestro buyer persona o cliente ideal, es decir, todo lo que hagamos debe ser pensando en el perfil de cliente que nos interesa.
En el SEO podemos elaborar contenidos que le interesen a nuestro cliente ideal procurando cuidar las intenciones de búsqueda, haciendo estudios de palabras clave… pero al final, es posible que nuestros contenidos también se muestren a otras personas que, aunque en un principio no estén interesadas en lo que nosotros ofrecemos, entren, echen un vistazo y se marchen.
Sin embargo, en el SEM nosotros diseñamos nuestro anuncio de pago, y la plataforma publicitaria nos facilita una serie de herramientas para que podamos definir claramente quién es nuestro público objetivo, de manera que haya el menor margen de error posible.
Además, es la propia plataforma de anuncios quien se encarga de mostrar los anuncios a esas personas, por lo que nosotros sólo debemos encargarnos de elaborar bien esa segmentación de nuestro público.

Ubicación y posicionamiento de tus contenidos
En el SEO no es posible controlar dónde se van a posicionar nuestros contenidos de cara al público. Esto es algo que se hace «de forma automática» por el propio Google o red social en la que estemos trabajando en función de una serie de variables.
En el SEM sucede al contrario, nosotros pagamos una cantidad económica para que nuestro anuncio se muestre en las primeras posiciones del buscador o en las distintas ubicaciones que la red social tenga disponibles.
Es importante tener en cuenta que en el SEM, aunque paguemos para que nuestro anuncio salga en la primera posición de Google o de Facebook, esto no siempre sucede así.
Esta circunstancia se debe a lo que se conoce como nivel de calidad del anuncio, en la que el buscador o la red social, a través de su algoritmo, miden la calidad que tiene el anuncio que hemos diseñado en función de la interacción que tiene nuestro público objetivo con él.
Si el resultado es positivo, mostrarán nuestro anuncio en una mejor posición a un coste económico inferior, mientras que si el resultado es negativo, harán todo lo contrario. Bajarán el posicionamiento del anuncio de forma que se muestre a menos gente y a un coste económico superior.
SEO y SEM: ¿Cuál es mejor?
Ahora que conocemos las principales diferencias entre SEO y SEM puede que estéis pensando:
«Vale, todo esto está muy bien pero… ¿Cuál de ellas es mejor?»
He aquí la pregunta del millón: ¿Cuál es mejor, el SEO o el SEM? Pues la respuesta es… ¡Las dos!
Aplicar cualquiera de estas estrategias no excluye la utilización de la otra (ni de otro tipo de estrategias, como por ejemplo la gestión de redes sociales o el email marketing). De hecho no es recomendable basar todo nuestro plan en sólo una de ellas. Ya conocéis el dicho: «no pongas todos los huevos en la misma cesta».
Esto es lo maravilloso del mundo del marketing digital: ¡Que podemos combinar y aplicar distintas estrategias para sacar lo mejor de cada una de ellas!
Podemos empezar a diseñar y ejecutar un plan estratégico basado en SEO mientras tenemos activa una campaña publicitaria de pago que nos ayude a atraer visitantes a nuestro sitio web.

«Estupendo, pero ¿En cuál de ellas debo invertir más?»
Aquí todo dependerá de los recursos de tiempo y dinero de los que dispongáis. Estos son los elementos que condicionan siempre el funcionamiento de cualquier negocio (junto a la suerte). Veamos algunas recomendaciones:
- Si dispones de mucho tiempo y poco dinero: empieza trabajando el SEO de tu sitio web.
- Si no tienes tiempo pero sí dinero: trabaja tu SEM poniendo anuncios de pago.
- Si dispones de tiempo y dinero: estás de suerte, puedes aplicar estrategias de SEO y SEM al mismo tiempo.
- Y si no tienes ni tiempo ni dinero: vas a tener que replantearte tu idea de negocio.
Terminando
Poco más queda por decir sobre estas dos grandes estrategias de marketing digital. Tanto el SEO como el SEM tienen sus puntos fuertes y débiles. La clave está en combinarlas para aprovechar lo mejor de cada una de ellas.
Si vuestros recursos iniciales son limitados (incluso si disponéis de ellos), mi recomendación es que empecéis a hacer SEO. Esta es una estrategia muy agradecida a largo plazo que os ayudará a depender menos de otros canales publicitarios y que fortalecerá vuestra marca.
Si por el contrario disponéis de recursos, podéis acelerar la obtención de resultados pagando anuncios en las distintas plataformas publicitarias, pero tened en cuenta que en cuanto dejéis de pagar, dejaréis de conseguir beneficios.
Y nada más por hoy. En próximos artículos veremos cómo podemos aplicar cada uno de estos planes a nuestro negocio. Ahora os toca a vosotros estudiar qué estrategia encaja mejor con vuestro plan y con los recursos que tenéis en estos momentos.
¿Sabíais en qué se diferencian el SEO y el SEM? ¿Conocéis alguna diferencia más que no haya mencionado aquí? ¿Habéis aplicado alguna de estas estrategias? ¿Qué tal os ha ido con ella?
Dejad en los comentarios vuestras experiencias, dudas y sugerencias para futuros contenidos. Hasta entonces ¡Un saludo!
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