Segundo capítulo de Alejandro en Digital: Continuamos con la interesante historia de la tienda familiar. ¿Qué será lo que nos sucedió? ¿Cómo nos afectó? ¿Terminaron despidiendo a su pobre hijo? 😱
La aparición de un gigante
😅 Como recordarás, tras especializarnos en trajes de hombre la situación de la tienda mejoró bastante: conectamos con un nuevo tipo de cliente que valoraba (y pagaba) el producto y recuperamos el nivel de las ventas poco a poco.
😱 Sin embargo un tiempo después, tras lograr estabilizar un poco la situación vino lo que sería el remate final para el negocio familiar:
❗ LA APERTURA DE UN ENORME CENTRO COMERCIAL ❗
Una gran superficie repleta de tiendas de las marcas más conocidas (aunque algunas no tanto) de todo tipo de sectores: electrónica, alimentación, moda, joyería, decoración, deportes, carpintería… más todos los espacios de ocio y recreación correspondientes como bares, restaurantes, cines y un largo etcétera.
Si bien la aparición de nuevos competidores en cualquier tipo de negocio es inevitable (incluso en cierta medida es buena señal ya que indica que es un sector en alza), un competidor como un centro comercial siempre supone una gran amenaza.
🧲 Esto es porque, además de ofrecer productos o servicios similares a los tuyos, supone también un potente punto de atracción de personas a ese lugar en concreto.
Esto significa que si tu negocio depende exclusivamente de las personas que pasan por la calle, un nuevo centro comercial puede reducir notablemente tu volumen de clientes potenciales.
Y efectivamente esto es lo que sucedió.
🚶 Esta nueva apertura provocó que gran parte de las personas que compraban en la tienda (y en la gran mayoría de establecimientos locales de la ciudad) fueran «conducidas» hasta esa nueva gran superficie, dando como consecuencia la correspondiente nueva bajada de las ventas 📉.
Debido a esto, no tardamos en darnos cuenta de que una parte de los clientes que solían comprarnos a diario valoraban más comprar un artículo (en nuestro caso, un traje para hombre) de una marca conocida que el trato en la tienda, la calidad o el precio del producto en sí.
Por otro lado, también nos fijamos que la otra parte de nuestros clientes más fieles sí que valoraban más la calidad, el trato personal y el precio de nuestro producto por encima del nombre de la marca o del negocio.
Así pues, para sacar el negocio familiar adelante tras esta nueva crisis, el objetivo estaba claro: conseguir más clientes del segundo tipo, de los que valoraban más nuestro producto que el nombre o la popularidad general de la empresa. 🎯
La supervivencia económica de la tienda (y de la economía familiar) dependían de ello.
🤔 Pero… ¿Cómo podríamos conseguir este objetivo? ¿Lo lograríamos finalmente? ¡Descúbrelo en el próximo capítulo!
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